miércoles, 16 de diciembre de 2009

Me convertí en "Groupie"

Luego de siete horas y media de viaje en bus, llegamos a Guadalajara, una ciudad que algún tiempo atrás habría sido pequeña y aburrida, pero en la actualidad es un ciudad para quedarse, llena de historia, pero también de servicios, moderna y cálida.  Nos registramos, sólo por esa noche en un hotel de "cuatro estrellas", que estoy segura de que en alguna etapa de su vida se le cayó una, para salir temprano por la mañana al Hotel Casa Diana, donde Dianita, nativa del estado de Jalisco nos recibiría muy bien y por un precio mucho más asequible.

Y el "Pequeño"?, el Pequeño se trasladó en avión y había descansado en su hotel con todas las cinco estrellas completas, rodeado de quiénes en adelante me referiré como los "rock stars de la literatura".  Nosotras con menor presupuesto y sin mayor propósito de estar allí, obviamente corrimos con menor suerte.

Nos acomodamos rápido para ir a desayunar y luego ir al recinto ferial, como si la FIL no fuese a comenzar sin nosotras.  Para ser honesta, la gente del centro de la ciudad, estaba menos informada que aquella que estaba cerca de la parte hotelera.  Asi que al fin decidimos tomar un taxi para ir hacia el centro de convenciones.  En el trayecto vimos que en la Universidad de Guadalajara habían letreros alusivos a la Feria, proyecciones de películas de Los Angeles -el invitado de honor de la Feria de este año- y otras exhibiciones alusivas a aquella ciudad.  Una conjunción entre la ciudad y la famosa feria.  Y es que todos, saben y se sienten parte de ella.  Hasta Dianita, en su pequeño hotel supo darnos la tarjeta de un escritor independiente hospedado allí y folletos de la FIL antes de salir para allá.

Llegamos, y luego de cerrar la boca por la admiración y por el hecho de que ya no tenía mi blackberry porque me lo robaron...comencé a disfrutar de la Feria.  Lo primero que hicimos, fue tomar la publicación con los eventos diarios para organizar nuestro tiempo y estar a las once en punto en la línea para entrar al auditorio #1 donde al mediodía disfrutariamos del carismático Nobel de la Literatura Orhan Pamuk, la divina Rosa Montero y el deleite para mi vista... Claudio López de Lamadrid, director editorial de literatura de Random House Mondadori... en español, la casa que tiene escritores como Paulo Coelho, Rosa Montero, Orhan Pamuk, Isabel Allende, Salman Rushdie, Sergio Pitol, rockstars de la literatura.


Luego de salir enamoradas de la presentación de "El Museo de la Inocencia", la última novela de Pamuk, salimos de shopping, compramos de más, pero lo que allí compramos, aquí costaría el doble o más, asi que con el americanísimo concepto del "sale" nos perdieron en un rimero de libros, entre los cuales estaría también "La Vida Nueva" que al final de la tarde, y luego de hacer fila durante una hora y media, le hariamos firmar al amigo Orhan.  Así es, nunca había sido groupie, nunca me imaginé esperando tanto por alguien para recibir una firma, pero cuantas veces en la vida tenemos la oportunidad y el privilegio de tener a un Premio Nobel delante nuestro.

Nuestro primer día concluyó con una charla magistral sobre el bicentenario de la Independencia por parte de tres grandes escritores, Rafael Rojas, Raúl Padilla López y el irreverente Carlos Fuentes, quien tiene edad y experiencia suficiente para decir lo que piensa "sobre la mal llamada independencia" o cualquier otro tema.  Escucharlo y "verlo" es un placer.  Si en realidad existiera el término rockstar de la literatura, pues habría una foto de Carlos Fuentes para graficarlo, mujeres de todas las edades estabamos extasiadas con su presencia y queriamos estar cerca de él, o lejos, a mi me bastó verlo así, a Lina no.  Materializar al escritor del libro que estamos leyendo y tenerlo tan cerca, es algo que sólo se vive en una verdadera fiesta del libro.

Ya era de noche, nos encontramos con el "Pequeño" y nos dirigimos a comer carnes, porque la dosis de tacos, quesadillas y gorditas había alcanzado un nivel que sólo los mexicanos pueden tolerar... luego a dormir, queriamos estar en la feria temprano, Lina debía enviar un artículo sobre la Feria y yo debía volver a ver a López de Lamadrid.

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